LA DIPUTACIÓN

El jueves se entregará el XXV Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma

El próximo jueves 12 se entregará en el salón de plenos del Palacio Provincial el XXV Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, que organiza la Diputación de Segovia, y que este año ha recaído en el escritor fallecido José Miguel Santiago Castelo por su poemario presentado bajo el lema "La sentencia".

En un acto presidido por el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, y en el que estará también presente el coordinador del galardón Gonzalo Santonja, un amigo de Santiago Castelo será el encargado de recibir el premio, pues el escritor falleció poco antes de que se reuniera el jurado del certamen.
 
En la misma ceremonia, en la que se espera la presencia de autoridades locales y de algún representante del diario ABC al que Santiago Castelo estuvo ligado gran parte de su vida, se hará entrega también del accésit otorgado por Bankia y que este año ha recaído en Andrés Barba Muñoz, por un trabajo con el lema "El vientre de la ballena".
 
Periodista y poeta, Santiago Castelo, como firmaba sus artículos, era natural de Granja de Torrehermosa (Badajoz). A los 16 años se trasladó junto a su familia a Madrid. En el diario ABC, a cuya redacción se incorporó muy joven, prácticamente pasó por todas sus secciones y llegó a presidir el comité asesor editorial
 
Su pasión por el periodismo solo es comparable a la que sentía por la poesía. En 1976 publicó su primer poemario, «Tierra en la carne», al que seguirían «Memorial de Ausencias» (1978), que obtuvo en 1982 el premio Fastenrath de la Real Academia Española; «Monólogo de Lisboa» (1980), «La sierra desvelada» (1982), «Cruz de guía» (1984), «Como disponga el olvido» (1985), «Al aire de su vuelo» (1986), «Antología extremeña» (1991), «Habaneras» (1995), «Hojas cubanas» (1997), «Siurell» (1988), «Cuerpo cierto» (2001), «La huella del aire» (2004), «Quilombo» (2008), , «La hermana muerta» (2011) y «Esta luz sin contorno» (2013), entre otras publicaciones.
 
Director de la Real Academia de Extremadura de la Lengua desde 1966 y miembro de las academias cubana y norteamericana de la lengua, recibió a lo largo de su vida numerosos galardones como elLuca de Tena 2007 por toda su trayectoria y el Fastentrath, así como los galardones de periodismo Fogueró (1984), Julio Camba (1993) y Martín Descalzo (2000); y de poesía: Gredos (1982) y Alcaraván (1999), a los que se viene a sumar ahora el Gil de Biedma.
 
El fallo del jurado, presidido por el presidente de la institución provincial Francisco Vázquez, se hizo público el pasado 12 de junio. El jurado estuvo integrado en esta ocasión por Luis María Ansón Oliart, Antonio Colinas Lobato, Juan Manuel de Prada Blanco, Pere Gimferrer Torrens, Carlos Fernández Aganzo, Jesús García Sánchez (editorial Visor), el coordinador de premio Gonzalo Santonja Gómez-Agero y Emilio Lázaro Garrido (secretario del jurado). Dado el carácter especial de esta edición, que cumple las bodas de plata, el jurado incorporó tres caras nuevas: el exdirector del Instituto Cervantes en Manila (Filipinas), José Rodríguez Rodríguez, dada la vinculación que Gil de Biedma tuvo con ese país asiático, Ignacio Elguero Olavide; y el actual Premio Gil de Biedma, Fermín Herrero Redondo, en representación del prejurado.
 
Doce obras procedentes de España, Argentina, México y Cuba habían sido seleccionadas como finalistas en estas bodas de plata del galardón al que han concurrido cerca de mil poemarios llegados de 36 países. España encabeza el número de originales con 526, seguida por Argentina con 78, México con 68, Colombia con 44, Cuba con 39 y Perú con 23.
 
 
 
Un libro estremecedor
 
El libro ganador se abre con una cita de Jaime gil de Biedma. "Se trata de un libro estremecedor y desgarrador en muchos sentidos, pero no porque se trate de la crónica de una enfermedad terminal, sino porque es una crónica de la enfermedad y ejemplarizante, pues Santiago encara la muerte con sosiego y temple", explicó el día del fallo del jurado Gonzalo Santonja.
 
El coordinador del premio aseguró que Santiago Castelo es "un poeta bien acreditado, que tiene los premios más importantes y domina todas las técnicas del verso". "Para todos los lectores del Gil de Biedma es una maravilla este regalo, y supongo que donde esté está recibiendo estas noticias y palabras con alegría".
 
Su amigo Juan Manuel de Prada
 
Miembros del jurado como Ansón o Prada eran muy amigos de Santiago Castelo. "Lo conocí hace veinte años, pero esa amistad constante se vio muy intensificada en los últimos años, sobre todo a raíz de su jubilación", comentó ese mismo día Juan Manuel de Prada.
 
"Vi cómo afrontaba la muerte de la que no le gustaba hablar, pero era plenamente consciente. Me dijo que había escrito un libro que empieza cuando se le comunica que padecía un cáncer, pero nunca me leyó un poema", continuó el afamado escritor.
 
"Cuando tenía que ingresar le pregunté por ese libro y me dijo que estuviera tranquilo, que estaba en buenas manos, y ahora lo veo". "Ess una suerte para este premio que se haya presentado. Es un libro excepcional. Es un libro admirable también por el sosiego y paz que transmite dentro de ese sosiego desgarrador", continúo De Prada.
 
El miembro del jurado del Gil de Biedma se refirió a Castelo como "una persona extraordinariamente vitalista". "Era un hombre de creencias profundas, que hacía de la vida una celebración".
 
De Prada lo definió como "un hombre monárquico, anarquista de derechas, que le gustaba la buena mesa, las sobremesas con los amigos". "Tengo la certeza de que allá donde esta, que es disfrutando de la gloria, está recibiendo la felicitación de los Ángeles".
 
"Era poeta las 24 horas del día, y pertenecía a una escuela de generosidad constante con los amigos y un gran vigía de la vida. Le hemos hecho un regalo póstumo al autor, pero también ha hecho un regalo vivo y perdurable al Gil de Biedma", finalizó De Prada.
 
Accésit para Andrés Barba
 
Andrés Barba cuenta también con un currículo espectacular, en palabras de Santonja, pues ha tenido las becas más importantes y ha ganado también premios importantes como el Anagrama de Ensayo, el Torrente Ballester de novela o el Ramón J. Sender de Narrativa.
 
"En su libro hace la crónica vital de su padre, pero no es un libro de muertes, sino de nostalgias, de celebración y de descubrimientos. De temblores, de conversaciones que no se tuvieron con el padre y se hacen ahora que no está".
 
"Es un libro muy bien concebido, que está escrito sin mascaras. Es un libro muy sereno en el que la vida se impone a la muerte", concluyó el coordinador del premio".